lunes, 28 de junio de 2021

¿La especie más estúpida?

Desde hace más de un año, una manada de elefantes asiáticos, conformada por 15 miembros, partió de la Reserva Natural Nacional de Xishuangbanna, al sur de China. Ha recorrido más de 500 kilómetros rumbo al norte del país.

No se sabe el motivo de esta increíble migración, pero algunos científicos especulan que ha sido provocada por el deterioro de su hábitat, lo que los ha obligado a buscar un refugio donde puedan satisfacer sus necesidades.

Los zoólogos no comprenden por qué los elefantes abandonaron la reserva donde vivían y emprendieron una marcha tan larga. En los últimos años, los paquidermos tienden a acercarse a las zonas habitadas debido a que la agricultura remplaza sus plantas preferidas por especies no comestibles. Los elefantes salvajes están protegidos en China. Actualmente hay unos 300 contra 200 en los años 1980. - Foto: AP


Durante su paso han causado pérdidas por más de 1.07 millones de dólares, pero sin provocar heridos ni decesos. Sin embargo, la preocupación de los científicos se ha agravado debido a que una nueva manada de elefantes ha emprendido su marcha hacia el norte desde Yunnan, y no se descarta la posibilidad de que animales de otras especies emulen lo hecho por los elefantes.

YUXI, CHINA - 2 DE JUNIO: La manada de elefantes salvajes pasea por una aldea en el distrito de Hongta el 2 de junio de 2021 en Yuxi, provincia de Yunnan de China. Tras su paso han dejado daños valorados en un millon de dolares. Foto: Meng Zhubin / City Times / VCG a través de Getty Images. - Foto: VCG via Getty Image

Las autoridades chinas han seguido a la manada con la ayuda de un dron, y las fotografías y videos han sido vistos por más de 8 millones de personas tan sólo en China

Un dron está preparado para monitorear la migración de elefantes asiáticos salvajes en el condado de Eshan, ciudad de Yuxi, provincia de Yunnan, suroeste de China, el 29 de mayo de 2021. Las autoridades están rastreando 15 elefantes asiáticos salvajes en la provincia de Yunnan, suroeste de China, mientras la manada migra hacia el norte. - Foto: Xinhua News Agency via Getty Image.

Para mí, son muy claros los motivos de los elefantes.

En mi novela “Un cuento de tiranosaurios” narro la migración de una familia de estas formidables bestias, precisamente hacia el norte, rumbo al Parque Nacional Yellowstone, en Montana, USA.

Las causas que provocaron la migración de mis tiranosaurios son muy distintas a aquellas por las cuales los elefantes chinos la han emprendido: hace 65 millones de años un enorme meteorito destruyó casi por completo todos los hábitats de la Tierra. En cambio, hoy, la humanidad está provocando un deterioro similar, si bien a paso lento aunque no tanto.

Los dinosaurios hicieron su aparición hace aproximadamente 240 millones de años, y su reinado perduró por 175 millones de años. Nuestra especie, el homo sapiens,  hizo su aparición a lo sumo hace 200 mil años. Un período que hace vernos, frente al de los dinosaurios, tan sólo como unos recién llegados (apenas hemos vivido como especie un 0.11% respecto a lo que vivieron los dinosaurios). Y sin embargo, estamos muy cerca de nuestra extinción de seguir con nuestra conducta. Sólo 200 mil años nos ha tomado para deteriorar de forma significativa nuestro hogar. 200 mil años…

Ninguna otra especie que ha pisado el suelo o surcado los mares de este planeta atentó contra su entorno. Tampoco jamás se ha enfrascado en guerras contra los de su propia raza, ni ha esclavizado, traficado o torturado por cualquier causa a miembro alguno de su estirpe o inclusive de otra. Nunca especie alguna se alzado contra sí misma como su más caro enemigo. Sólo la nuestra.

Nos preciamos de ser la especie más inteligente del planeta; una tocada por la mano de Dios; una que no admite (a la fecha) que otras puedan habitar en otros planetas; una que reina la Tierra por encima de todo y de todos, pretendiendo ser su ama y señora…

“Este mundo no nos pertenece; nunca nos ha pertenecido. Pero frente a nuestra supuesta condición de seres inteligentes, somos, en todo caso, completamente responsables del cuidado de la Tierra y de todos los seres que en ella habitan, teniendo siempre en mente que nuestra vida no es más que un destello fugaz en la vastedad del Tiempo.”

Carl Cupper

Un cuento de tiranosaurios… y sesenta y cinco millones de años después 


¿Somos realmente la especie más inteligente o quizá la más estúpida?

Todo dependerá de nuestra conducta en los años por venir.




sábado, 19 de junio de 2021

Día del padre

 Hace 38 años me anunciaron que sería papá. Un acontecimiento realmente increíble que me marcaría por el resto de mi vida.

Un torrente de emociones me invadió en ese momento: desde la felicidad hasta el miedo. La tremenda responsabilidad de criar, educar, mantener y formar a un ser humano me empujó a cambiar mi conducta.

Meses después nació mi hija. Adiós a las parrandas pero no a los desvelos. Estos últimos serían por otros motivos; unos que le darían un sentido más profundo a mi existencia.

Muchas veces la arrullé, le canté, la alimenté y la vestí, jugamos incansables juegos (para ella), la llevé a la escuela y le transmití de la mejor manera que pude los valores que mis padres me inculcaron, alentando sus sueños de princesa encantada que, sin darse cuenta, ella realmente lo era.

Luego vino la adolescencia, con sus altas y sus bajas, que nos llevó a madurar a ambos. Ahora mi hijita ya es una mujer que me ha dado un nieto que, de alguna forma insondable, dicho acontecimiento me hizo sentir como aquel día, hace 38 años.

Ser padre es un don divino que desgraciadamente muchos hombres no lo perciben de esta forma, lo que provoca que muchos de nuestros hijos crezcan sin una guía, sin valores y con un futuro incierto.

En algunas de mis novelas hago hincapié en lo que, en mi opinión, debe ser el comportamiento de un padre, más allá de ser un proveedor o un juez de su casa; del apoyo y protección, soportado y alentado por un sólo sentimiento: el amor.

Como muchos saben, ser padre no es sólo aquel que tiene un vínculo biológico con una persona o quien la engendró. Es mucho más que eso.

Hace casi 18 años me casé con una maravillosa mujer, madre de tres hijos; unos chiquillos hermosos. Desde el día que los conocí los amé tanto como si fueran propios. El vínculo que formamos no fue fundado por la biología sino por el amor. Una experiencia única comparable con aquella que cuando nació mi hija. 

Hace poco más de un año quedé huérfano, otra vez: mi padre se fue de la misma forma que mi madre hacía tres años atrás.

A mi padre lo recuerdo con un enorme cariño; un hombre como muchos otros, con sus defectos y virtudes pero al fin mi padre. Quisiera poder abrazarlo de nuevo; tener esas largas charlas de todo y cualquier cosa que nos hacía identificarnos y compenetrarnos el uno con el otro.

Algún día, quizás, podamos encontrarnos de nuevo en otra vida o en otra dimensión, y llegado ese momento le daré las gracias, una y mil veces más, por haberme dado la oportunidad de experimentar la dicha de vivir.

¡Feliz día del padre!


Para festejarlo, mis novelas En defensa propia, Asedio y El último Holocausto estarán a precio de promoción los días 20, 21 y 22 de junio de 2021.

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