viernes, 9 de abril de 2021

El estrés hídrico - el gran desafío actual de la humanidad

 El calentamiento global, que ha producido un drástico cambio en el clima del planeta, no sólo nos ha traído incendios e inundaciones en México, los Estados Unidos, Europa, China, Australia e Indonesia, sino una peligrosa escasez de agua potable. A este fenómeno se le ha llamado como estrés hídrico.

Actualmente, una de cada seis personas en el mundo no tienen suficiente acceso al agua potable. Según los datos del World Resources Institute (WRI) “más de 1,000 millones de personas viven, en la actualidad, en regiones con escasez de agua, y hasta 3,500 millones podrían sufrir escasez de agua en 2025.”

La falta de lluvias en casi todo México y en cerca de la mitad del territorio de los Estados Unidos, pone en gran riesgo nuestra seguridad alimentaria. Una gran cantidad de tierra en ambos países se ha vuelto en un yermo; un páramo incultivable en el cual la industria agropecuaria tiene un futuro incierto. Y las tierras de agostadero no son la excepción. Una gran cantidad de ganado ha muerto de sed y de hambre en ambos lados de la frontera. El aumento de precios en muchos de nuestros alimentos, da cuenta de ello.


Y el futuro no pinta mejor. Las emisiones de gases de efecto invernadero, como el CO2 y el Metano, superaron todos los pronósticos al alcanzar 415.6 ppm (partes por millón) hasta abril de 2020. En abril 3 de 2021 este índice alcanzó 421.21 ppm, 1.35% de aumento. Esto quiere decir que hemos superado las emisiones de CO2 registradas antes de la pandemia del Coronavirus, que nos obligó a disminuir las actividades industriales en todo el mundo.

La acidificación de los océanos ha puesto en riesgo la supervivencia del fitoplancton, los arrecifes de coral y muchas especies marinas de las cuales nos alimentamos; es decir, hemos puesto nuestra propia supervivencia en un gran riesgo.


¿Qué nos espera de no tomar acciones? Un desastre sin precedente.

Pero, ¿qué podemos hacer los ciudadanos al margen de los gobiernos y los acuerdos internacionales?

Primero, hacer conciencia de lo que REALMENTE está pasando. Subsecuentemente, tomar medidas para disminuir nuestra huella de carbono: cuidar el agua al extremo, disminuir el uso del automóvil y caminar más, ahorrar energía eléctrica, disminuir el uso de plásticos no-biodegradables e incremetar su reciclaje, depositar adecuadamente nuestra basura y consumir menos alimentos de origen animal y productos industrializados.



En mi novela “Dos estrellitas y el agujero negro” pongo en contexto las consecuencias que tendremos que afrontar como especie de continuar con nuestra indiferencia e irresponsabilidad. Aunque es un relato escrito principalmente para jóvenes y niños, pienso que los adultos también lo disfrutarán y, con un poco de suerte, coadyuvará a reflexionar ante el desastre en ciernes que nosotros mismo hemos provocado.

Al tiempo.


1 comentario:

  1. Inclusive cambiar las costumbre al enterrar a nuestros muertos. Deberíamos enterrar sus cuerpos sin un ataud, sino envueltos en una sábana para que se integren más rápido a la tierra, en lugares que sean propicios para plantar árboles y otra vegetación. Y definitivamente dejar de cremarlos.

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